Miedo a equivocarte?

15. septiembre 2025 | 

entonces cómprate un perro

Fíjate en esto

Conocí a un niño.
Un niño que empezó el colegio con más críticas que abrazos.
Le reprochaban lo que hacía… y lo que no hacía también.
Nunca logró encajar. Tampoco encontró la alegría de aprender.

Su maestra, día tras día, le repetía:
“Eso es demasiado difícil para ti.”
¿La solución? Mandarlo al pasillo a jugar con bloques de madera.

Así funciona la sociedad.
Si eres “lento”, te ponen la etiqueta.
Bruto. Corto. Estúpido.
Nadie ve que solo naciste en agosto y entraste al cole en septiembre, un mes antes de estar listo.
Nadie mira tus talentos.
Solo lo que te falta.

Ese niño aprendió a vivir de la crítica.
Tantas veces le señalaron lo malo que ya no soporta una más.
Perdió la confianza.
Perdió la seguridad.
Perdió la sensibilidad.
Ahora camina como un tigre: atacando, defendiéndose, esperando siempre lo peor.

¿Y los padres?
Destruidos.
Nadie acepta a su hijo en ninguna parte.
Le borraron los sueños de ser un gran deportista.
En la escuela importa más la motricidad fina para recortar papelitos… que la pasión de darle a la pelota como un crack.

Entonces dime:
¿Quién es el responsable?

¿El niño, por no ser “bueno”?
¿Los padres, por no ser “fuertes”?
¿O un sistema que alimentó al lobo malo y adormeció al bueno…
con miedo y con rabia?

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