A los que critican y hablan mucho…

Fíjate en esto, que ya sabes, pero te lo voy a recordar hoy.

Hablar es fácil. Hacer algo es lo difícil.

Mira a tu alrededor. De tanto en tanto, te consigues expertos en todo y maestros de nada. Gente que critica, que dice cómo se deben hacer las cosas… pero que nunca las hace.

Dicen que podrías hacerlo mejor, pero ¿sabes qué? Ellos ni siquiera lo intentan.

Si esperas aprobación, si te importa más lo que dicen esos expertos en criticar y no hacer, incluso más que lo que haces y estás haciendo tú, estarás atrapado en la aprobación del otro, en la aprobación de un hater holgazán. En el ruido.

El ruido de los que hablan mucho y hacen nada.

Pero tú no eres como ellos, ¿verdad?

Entonces, hazlo tú. ¿Qué tal si les respondes esto? ¡Hazlo tú! Si lo saben mejor, hazlo tú.

Haz tú tu cosa y no le prestes atención al ruido vacío de la crítica.

¿Quieres escribir? Escribe.
¿Quieres emprender? Empieza.
¿Quieres mejorar? Actúa.

No pidas permiso. No esperes validación.

Mientras ellos critican, tú avanzas.
Mientras ellos se quejan, tú creces.
Mientras ellos hablan, tú haces.

Porque al final, solo hay dos tipos de personas:
Las que hablan. Y las que hacen.

Tú decides.