¿Por qué tus amigos nunca te olvidan?

Fíjate:

Siempre hay algo en ti o en lo que haces que deja una marca en tus amigos. Generalmente es algo positivo, algo por lo que te recuerdan.

Eres la que lleva el guacamole más sabroso, los cupcakes más bonitos, o decoras las fiestas de manera inolvidable. Cuando hablas, tus chistes hacen que todos se rían. O tal vez eres esa persona que siempre sabe escuchar las desgracias ajenas con una empatía única. Incluso tu estilo de vestir atrae a quienes buscan consejos. Quizás vendes tornillos que nunca se doblan o martillos que, milagrosamente, no machucan.

Hay algo que la gente ve en ti, que no encuentra en los demás, porque todos somos únicos. Tan únicos que nadie tiene la misma huella digital ni el mismo iris.

Hay mil frases trilladas sobre esto: “encuentra tu ikigai”, «tu seiko», «tu sakura» y hasta «un Pokémon». En resumen, “encuentra tu propósito”, eso que te apasiona tanto que el tiempo vuela y ni lo notas.

Claro, nadie sabe exactamente cómo se logra eso. Y peor aún cuando te dicen: «empieza con lo que tienes», y tú piensas: ¿Como en la película del náufrago, con una pelota de voleibol y unas piedras en una playa desierta?

Bueno, lo que realmente quería decirte es que siempre dejas una huella única en las personas, influenciada por cómo te presentas, cómo hablas, y lo que dices.

Eso es lo que te diferencia y lo que te hace memorable. No se trata solo de tu apariencia o tus habilidades, sino de tus valores, de cómo te comportas, de cómo interactúas con los demás y del impacto que generas.

La gente te recuerda por cómo los haces sentir.

Eres auténtico. Lo que haces y lo que dices están alineados.

Lo que los demás piensan y dicen de ti se convierte en recomendaciones, en esa “propaganda boca a boca” positiva que te da visibilidad y hace que seas conocido en tu entorno. Y cuando mantienes esa coherencia en el tiempo, logras consistencia.

Fíjate, fíjate, fíjate:

En los años 90, hubo hechos que marcaron la vida de muchas personas y definieron su “marca personal” para siempre. Algunos hicieron carreras exitosas, otros eran desconocidos, pero una mala decisión cambió su destino para siempre.

• Monica Lewinsky siempre será recordada por un micrófono muy particular y no precisamente en una conferencia.
• Lorena Bobbitt será recordada por cortar más que una simple relación.
• Michael Jackson no solo se hizo millonario caminando hacia atrás, también perdió mucho al olvidar cómo caminar hacia adelante.
• Mike Tyson fue descalificado por morder una oreja. ¿Enamorarla o Tysonarla? No sé, suena arriesgado. ¡Te pueden descalificar!

Y es que, después de años, días, horas y segundos de construir aquello por lo que te destacas, una mala acción o un impulso puede borrarlo todo y devolverte al punto de partida.

Según Warren Buffett, «Se necesitan 20 años para construir una reputación y solo 5 minutos para arruinarla».

La reputación puede tardar años en construirse, pero solo un segundo en destruirse.

A veces el éxito nos juega una mala pasada. Se mezcla con el poder de tener un «renombre», porque te mencionan, te recomiendan, y en algún punto te olvidas de que no eres inmortal.

La humanidad es cruel.

Nunca olvides de dónde vienes y asegúrate de que donde vayas, te recuerden bien.

No te esfuerces demasiado en caer mal, eso se da solo por ser tú. Enfócate en ser lo mejor en lo que amas y presta atención a quienes te quieren, no a quienes no lo hacen.

 

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