No sea como Hattmannsdorfer
24. julio 2025 |
Aprende a sumar
Hoy le voy a pedir prestado el “mirá” a Isra Bravo, porque en mi pueblo se repite tres veces cuando uno carga el maracucho atravesao’:
¡Mirá, mirá, mirá!
(Ese tono de tu mamá, ¿oíste, Hattmannsdörfer?)
Yo no conozco una sola madre —de las que yo conozco— que sea floja. Y por eso es que “trabaja medio tiempo”.
Nos levantamos a preparar desayuno, la ropa, las loncheras del colegio (que viene de lunch-box, pero ese es otro cuento). A atender al marido —o a pelearle porque dejó la toalla sobre la cama—, a llevar los niños al colegio, a recoger la casa, a dejar hecho el almuerzo, a descongelar la carne pa’ la cena, y salir emollejadas pa’ una reunión.
El toñito de tu madre.
Las mujeres —seamos madres o no— que estudiamos, trabajamos, aprendemos un oficio, y encima llevamos una familia encima… ¡trabajamos más que vos!
Este señor bien podría ser un hate de redes sociales.
Buenas noches.
Este artículo lo estoy escribiendo a la 1:51 a.m., y en cinco horas tengo que estar levantada pa’ ir a trabajar.
Y si a todo eso de arriba le llaman “trabajo de medio tiempo”…
¡El toñito de tu madre!
PD: La otra mitad del trabajo no es remunerada, ¿y me van a venir con que el cariño familiar lo compensa?
¡Otro cuento!
Me voy a dormir.
Hasta luego.
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