Ni huevo sin sal …

La gente que no come lo que todos comen, que se lanza a las hojas como conejo y se permite un día a la semana para «pecar» con chocolates y croissants, vive con pena y sin gloria.

A eso le llaman dieta.

Viven complicados, aburridos… y lo peor: no saben comer.

Si quieres bajar de peso sin tragarte huevo sin sal ni seguir menús de revista, hay algo mucho más sencillo y gratis:

El DÍA A DÍA.

No necesitas un calendario perfecto ni restricciones absurdas. Solo una decisión diaria:
Hoy como saludable.

La gente te mirará y dirá: “¿Estás rebajando?” en lugar de preguntarte por la verdadera clave: determinación, voluntad, disciplina, amor propio.

Yo les contestaría: ¡No! He perdido el helio y acabo de aterrizar en la Tierra.

Porque “comer saludable” no es otra cosa que APRENDER A COMER.

Dejar atrás los malos hábitos sin complicarse la vida.
Desaprender las tardes de chips con amarillo 355 ABCDE.
No perder el tiempo contando calorías como si fueran tus últimos latidos.

Solo una regla:
Cierra el pico cuando estés lleno.

Agradecimiento y abundancia no significa atiborrarte porque “en África hay niños pasando hambre.”
Haz una donación si quieres ayudar, pero no te comas los restos de toda la mesa para salvar el mundo.

Decide:
Hoy como saludable. Hoy elijo salud.

Llámalo dieta, disciplina, o como quieras.

Funciona.

¿Ves la forma o el fondo del asunto?

Deja de hacer dieta y aprende a darle al cuerpo alegría, Macarena.