Mi normal …

¿Qué tan normal es tu normal?

Fíjate, aprender se puede de muchas formas: bien, mal, poco o nada. Y, sobre todo, se puede aprender de manera equivocada.

Lo que consideras “normal” en tu vida es simplemente lo que has vivido hasta ahora. Mi normal es distinto al tuyo, porque mis experiencias han sido diferentes a las tuyas. Incluso lo que parece anormal para ti, puede ser parte de mi normalidad.

Si creciste en un entorno con lenguaje violento, es posible que lo reconozcas y hasta hayas intentado cambiarlo, pero después de escucharlo todos los días, es probable que se haya impregnado en tu forma de comunicarte sin que te des cuenta. No digo que sea así, pero puede ser.

Si, en cambio, has vivido rodeado de un lenguaje empático, cuando escuchas críticas duras, pueden sonarte extrañas o hasta hacerte sentir incómodo.

Entonces, cuando dos personas con “normales” diferentes se comunican, cada una ve la forma de la otra como algo raro. “Eso que haces me parece extraño”, y viceversa.

Por eso, en lugar de juzgar, es mejor preguntarnos: ¿Cuál es su normal y cuál es el mío?

Criticar lo que alguien considera normal comparándolo con lo que «debería ser» es lo más cotidiano del mundo. Decimos “eso no es normal”, sin darnos cuenta de que simplemente es la normalidad del otro.

¿Cómo desaprender tu normal?
Siendo consciente de que hay partes de tu normalidad que son a-normales y cambiándolas.

¿Fácil? No. Pero solo necesitas querer.

Si de verdad quieres, empieza por preguntarte: ¿Qué tan normal es mi normal?