Los tonos de gris son… como descubrir el agua tibia.
21. octubre 2024 |
¿Cuántas degradaciones hay?
¿Sabes cuántos tonos de gris tienen las imágenes digitales? 256.
El 0 es negro puro. El 255, blanco brillante.
Un diseñador gráfico te dirá que hay más o menos, dependiendo de cuánto blanco o negro use.
Cuando yo iba al colegio, usaba los lápices de colores Berol Prismacolor y escribía con el clásico lápiz Mongol. Un lápiz de los buenos. Todos los días compraba uno nuevo porque me encantaba escribir con la punta bien fina y el lápiz grande. Era como un pequeño lujo diario.
¿Pero por qué te estoy contando esto?
Porque mi gama de grises nunca ha sido muy variada. Tenía mis cuatro favoritos: Gris Pizarra, Gris Plomo, Gris Claro, y Gris Oscuro.
Ahora, viene lo bueno.
En los negocios, la gente se mueve entre esas «gamas de grises». Pocas veces ven las cosas en blanco y negro.
¿Por qué? Porque los negocios no son rígidos, no son simples. Hacen falta flexibilidad, creatividad, y saber moverse en los matices. Los retos nunca tienen soluciones binarias.
El blanco y el negro son extremos, sí, pero también son limitantes. Te cierran la mente.
Los buenos negociadores viven en los grises. Ahí es donde juegan. Ahí es donde están las oportunidades que otros no ven. Porque saben que la verdadera magia ocurre en los detalles, en lo que otros pasan por alto.
Y ahora dime, cuando buscas trabajo o haces un negocio, ¿te fijas solo en el sueldo? ¿O ves todos los tonos de gris posibles?
El ambiente, cómo es el jefe, cómo es el edificio, la oficina, el camino que recorres cada día, los beneficios, las vacaciones… O si es un negocio, ¿cuánto inviertes? ¿Cuánto tiempo tardas en recuperar esa inversión? ¿Comparten la misma visión los que están contigo?
Porque déjame decirte algo: ampliar esa gama de grises te puede cambiar la vida.
No se trata de ser rígido. Ni mucho menos. Las decisiones, los acuerdos, las negociaciones… todo sucede en esas áreas intermedias, en los grises. Porque en los negocios, las respuestas simples no existen. Y las soluciones claras… tampoco.
El blanco y negro son cómodos. Te lo hacen fácil. Pero son irreales.
La realidad está llena de grises, y los que saben moverse ahí son los que ganan. Porque son los que entienden que en esos tonos intermedios, está la diferencia entre lo bueno y lo extraordinario.
Así que te lo pregunto de nuevo:
¿Cuántos grises le vas a añadir ahora a tu arcoíris?
Ahora es tu turno. Dale al botón azul y entra en el lado de los que saben ganar.
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