Las dos cosas aplastan …

11. febrero 2025 | 

si te las crees

Hay gente que tiene como oficio no remunerado—es decir, lo hacen gratis—criticar todo lo que hacen los demás. Con la excusa del «feedback positivo», van por la vida, como dice Pilar Sordo, cagándole el día a los demás, buscando defectos, poniendo peros y creando obstáculos para no hacer lo que realmente hay que hacer.

También están los que viven buscando aprobación, validación y reconocimiento en los demás. Estas personas suelen encontrarse con dos tipos de gente: el que les arruina el día diciéndoles lo difícil que es todo y el que les infla el ego con halagos vacíos.

Y aquí va esto: el halago es como un globo de gas helio. Cuando se acaban las alabanzas, te desinflas. Es lo que pasa cuando basamos nuestro éxito en lo que dicen otros. Son pequeñas dosis de validación que terminan siendo aplastadas por la realidad.

Cuando un niño le pregunta a su maestra si le gusta su dibujo, algunas fomentan la seguridad y responden: «¿Y a ti? ¿Te gusta a ti?». Porque lo que haces y lo que eres, primero te tiene que gustar a ti.

Claro, hay objeciones. Si vendes zapatos morados, no le gustarán a todos, pero habrá quienes los compren. Lo importante es que el trabajo que hagas sea satisfactorio para ti.

La gente que más critica es, precisamente, la que no hace nada o la que intenta algo un día y, como no funciona, se rinde.

Si te crees los halagos, te debilitarán tanto como la crítica. Porque el día que nadie te diga nada, no tendrás de dónde alimentar tu amor propio. Y si ese amor propio nunca existió, cuando alguien te diga que lo que haces es una mierda, te sentirás como una mierda.

Artículos similares