El -ismo …

Fíjate en esto

Hay algo que casi nadie parece saber, pero que todos deberían entender.

¿Sabes qué es lo peor del femin-ismo, del mach-ismo, del victim-ismo?
Que todos sufren de lo mismo: el “-ismo” de no ser responsables de nada.

Siempre hay una fuerza externa que los persigue, los frena, los limita. Siempre hay algo o alguien a quien culpar.

Pero lo más peligroso de vivir así no es la injusticia, sino la mentalidad que te deja indefenso ante el mundo. Cuando te victimizas por todo, te presentas débil, como si necesitaras dos guardaespaldas, un bulldog y el comando Cobra solo para salir a la calle.

La queja constante no es empatía.

Sentir es humano, aprender de los golpes también. Pero vivir con la bolsa del doctor Chapatín, llena de excusas y lamentos, solo te deja atrapado en el mismo lugar.

Aceptar que a veces fallamos no es fácil. Requiere coraje, porque significa admitir que no le hemos echado las ganas necesarias, que quizás no hemos hecho lo que realmente debíamos hacer.

Pero aquí está la verdad: no hay aprendizaje sin fracaso.

Si la vida fuera una línea recta llena de triunfos, sería insoportablemente aburrida.

Entonces dime, ¿te atreves a hacerte cargo de tu vida?

Cuesta una bola, pero vale la pena.