¿De qué tanto habla la gente?

Es curioso, ¿verdad?

Voy caminando por la calle y veo a la gente sentada en restaurantes, cafés, bistrós, locales de comida rápida… y me pregunto: ¿pero de qué tanto hablan?

Cualquiera pensaría que la clave para una gran conversación es hablar mucho o tener todos los datos… Pero a veces, lo mejor es encontrar ese puntito justo, donde una frase simple y sincera hace más ruido que horas de charla.

Imagínate que pudieras decir justo lo que nadie se espera, sin más ni menos.

¿Te ha pasado alguna vez?

Esa frase que da en el blanco sin llenar el aire de ruido, y que, al contrario, provoca silencio.

Pero no con cualquier frase, sino con una que tiene el poder de quedarse grabada. Como esos consejos que alguien suelta, y de repente piensas: “Fíjate, no lo había pensado así…”

Ahora imagina tener una pequeña colección de frases así, bien afinadas y cargadas de sentido, para que cada vez que hables, no puedas salir de la mente de la gente.

¿Te imaginas lo que sería andar por la vida con esa misma precisión?

No necesitas subir el volumen ni el discurso. Solo necesitas unas pocas frases bien colocadas, como esos secretos que, una vez que los escuchas, no los olvidas.

¿Por qué no llevarlo más allá y empezar a construir tu propio repertorio de frases de impacto?

La próxima vez, en vez de hablar de mil temas, escucha y suelta una frase que dé en el clavo y que nadie olvide. Si causa risas, mejor. La idea no es convertirse en Voldemort.

Así que aquí tienes: la invitación a empezar con tu propio estilo de comunicación, uno que no compita con el ruido, sino que deje una marca. Si quieres empezar a decir menos y lograr más, esta es tu oportunidad de oro.

¡Atrévete a ser quien habla poco, pero deja a todos pensando!

Si quieres dejarme pensando aqui en la cajita de abajo