Como perros y gatos …

¿Has visto dos perros y dos gatos pelear?
Es lo más irracional que has visto, seguro. Ya sé lo que estás pensando: ¡son dos animales! Exacto.
El ser humano también es un animal y, también, tiene una parte irracional.

Ahora imagina dos personas que se gritan. ¿Se ven igual o no se ven igual?
Te lo imaginas y te aparece una sonrisa en la cara, porque, sabiendo eso, a veces nos dejamos llevar por la ira y el impulso. Aprender a ver tus emociones preguntándote «¿por qué siento lo que siento?» es un buen primer paso para alcanzar lo que quieres alcanzar.

Algunos quieren ser ricos, otros millonarios, otros multimillonarios, otros quieren ser libres y estar tranquilos. La paz no significa aburrimiento.

¿Qué sería de nosotros sin aprender, sin educación, sin evolución? Andaríamos todavía por la vida con un mazo en la mano, con guayuco y descalzos.

La educación no solo es aprender a sumar, restar, multiplicar, dividir. También es aprender a leer y a escribir; es aprender a manejar nuestras emociones y aprender a decidir. ¿Decides gritar o decides hablar?

Decide cuál será tu próximo aprendizaje y a dónde te diriges con él. Un corredor gana si se prepara antes de la carrera y sabe dónde está la meta, no solo por ser el más rápido.

¿Vas a andar por la vida realengo, sin rumbo, como perros y gatos arañándote y dándote mordiscos, o vas a pensar cuál es el próximo paso que podría darte resultados?

El libro de Napoleon Hill se llama Piense y hágase rico, no Corra más rápido y llegue de primero.

Pensar, hay que pensar y hay que aburrirse. Hay que tener tiempo para conectar.