Una suma importante, una decision importante ¿Dieciséis es igual a siete?

Fíjate

Dieciséis años se dicen fácil, pero se pasan lentos y se hacen largos cuando miramos al futuro.

En numerología, dieciséis se reduce a siete, un número maravilloso que surge de sumar todos los dígitos juntos. ¡El increíble número siete!

Y no lo digo yo, lo dice Conny Méndez, quien nos enseñó a envolver el carro en una llama violeta para que no se lo robaran o para hacernos invisibles ante los vendedores de chupetas en el bus de ruta 6 a las 7 de la noche. ¡Qué gran consejo! De tanto invocarla, hasta llegaba el Conde Saint Germain. ¡Ríamos todos, que fue un chiste!

Dieciséis años no tienen un término específico como «década» para diez años. Simplemente, se dice dieciséis años. Pero en tu caso, pueden ser quince, catorce, trece, doce, o dos décadas. Da igual, muy igual, de verdad.

Ahora te pregunto: ¿sabes cuántos días han pasado y cuánto has aprendido desde el día en que decidiste tomar la decisión más importante de tu vida?

Hace exactamente dieciséis años, me estaba montando en un avión por primera vez, rumbo a Europa, al primer mundo, bla, bla, bla. Me hacía ilusión ver muchas cosas que había leído en los libros de historia universal y arte, esos que aparecían en las ilustraciones, porque de los textos no recuerdo mucho; la historia escrita me parece aburrida.

Pero cuando visitas esos lugares que solo conocías en libros, y te acuerdas de que Isabel la Católica fue la primera patrocinadora de la historia al financiar el viaje de Colón, que resultó en el descubrimiento de América en 1492… ¡es mágico! Apuesto a que se debió de arrepentir un poco al darle «a Colón la autoridad necesaria para gobernar las tierras que descubriera», especialmente después de enterarse de todo el oro que había en Venezuela. ¡Qué suerte tuvo Colón que Zapatero no era de ese tiempo!

¿Qué tal si después de cada tema de historia viajaras? O mejor aún, ¿qué tal si aprendieras historia viajando? Imagina que, cuando te hablen de los dinteles, puedas encontrarlos en catedrales góticas y románicas, como la Catedral de Notre-Dame en París o el Partenón en Atenas. ¡O incluso en la Alhambra de Granada!

Y cuando te mencionen el desembarque de Normandía, tú podrías visitar las playas de Omaha, Utah, Gold, Juno, y Sword Beach, o explorar Le Havre, un puerto clave para el abastecimiento de las fuerzas aliadas después del desembarque.

La verdad es que para aprender hay que vivir y sentir, y también hay que tener una patrocinadora como Isabel la Católica.

 

Fíjate, fíjate, fíjate.

Si pudieras hacer una lista de las cosas que has aprendido en estos últimos 5,840 días, que traducidos son 140,160 horas (considerando que dormimos ocho horas y utilizamos unas 2.5 para comer), verías que solo 32,120 horas son horas activas de trabajo.

Si te atreves a hacer esa lista, sería un viaje como el de Colón, ¿no? ¿Crees que encontrarías 32,120 cosas que has aprendido? Seguro que no, pero si sumas lo que has aprendido con lo que has desaprendido, con lo que has logrado y con lo que no quieres más en tu vida, ¡eso sí sería una gran ganancia!

Te aseguro que has optimizado tu vida. Y si no, esa lista te servirá para ver lo que quieres cambiar, mejorar, eliminar u obtener. Así que, ¡vamos a sentarnos a hacer la lista y dejemos de quejarnos por lo que no sabemos y por lo que nos falta! Es mi recomendación no solicitada de hoy.

Las listas ayudan a ver, aclaran y nos ponen en modo trabajo, ¡acción! A mí me han dado resultado.

Me ha pasado que he recomendado hacer una lista y me han dicho: «¡Oye, no! Esa lista me frustra, me desespera ver que no logro nada y que todo lo pospongo». El problema no es la lista, el problema eres tú, que no haces lo que está en ella, o que has puesto y dejado cosas que no quieres hacer. El problema es que te autoengañas. Todos sabemos lo que tenemos que hacer; si no lo hacemos es porque no queremos, no porque la lista nos agobie.

Así que deja de excusarte. Como leí hoy: «Las excusas a menudo se disfrazan de razones».

Seguro has logrado mucho. Me encantaría saber cuál ha sido tu mayor logro y de qué te sientes más orgullosa.

¡Espero ver tu mensaje en mi bandeja de entrada!

¡A por la vida que queremos!